La Liga Maravilla

Thursday, May 31, 2007

LA LIGA MARAVILLA - THE TV SERIES

La noche de Zaragotham había sido templada. Lo suficiente para que los crápulas de Jueves Noche salieran en mangas de camisa y tirantes. Pero la Liga Maravilla no estaba para hostias. Varios superhéroes de la ciudad habían desaparecido sin explicación aparente. No sabían que había sucedido. El Capitán Contundente, Superneuras y El Hombre Inadvertido se habían reunido en el Triskelion para tratar la crisis con un buen surtido de patatas fritas, bocabits y cocacolas. La noche se presentaba larga.

Amanecía a las seis de la mañana en la mas absoluta tranquilidad. La Liga se había quedado dormida en un intento frustrado de verse de tirón la primera temporada de “Heroes”, para ver si se inspiraban. Superneuras abrió su ventana, que daba al sur de Zaragotham, despertado por el sonido de helicópteros y sirenas de policía. Desde su ventana, a la lo lejos, en el barrio de Nueva España una alargada sombra se proyectaba; la sombra de algo que ayer “no estaba allí”.

De la noche a la mañana, una enorme réplica del Big Ben había sido levantada en el sur de la ciudad. El Hombre Inadvertido caviló:

-Big Ben… sólo un maldito británico puede estar detrás de todo esto… ¡El Dr. Britania!

Tras tan complicada deducción, La Liga Maravilla se calzó los leotardos y a bordo del coche maravilla llegaron a las inmediaciones del Big Ben, donde la DPZ tenía acordonada la zona (no, no es la Diputación Provincial de Zaragotham, sino el Departamento de Policia de Zaragotham).

La policía no dejaba pasar tampoco a una zona cercana donde estaba un fantástico aparato que no sabían identificar. Desde la lejanía, la Liga sabía lo que era: Un teleportador (lo conocen desde su viaje interestelar en la aclamada serie Unkonwn Conflicts). El Capitán Contundente habló a sus compañeros.

- -Está claro que es mucha casualidad el rapto de los héroes y la aparición de este mamotreto en menos de 24 horas.

-Es el Dr. Britania, ¡seguro! –rugió EHI

-Vamos dentro –sentenció Superneuras- seguramente ese teleportador comunica con el Big Ben.

- Si, pero puede ser una trampa –se apresuró a decir el Capitán – Tu ve por el teleportador, yo creo que buscaré una entrada por las alcantarillas. Y tu, EHI… ¿por donde podrías ir…? Mmmm…

El Hombre Inadvertido se encogió de hombres y movió las manos.

-¿por la puerta principal?

Así pues, cada uno de ellos escogió un camino. Se colcoaron los intercomunicadores en la oreja, y Superneuras echó a volar y ante la atónita mirada de sorpresa de la policía, llegó al teleportador y desapareció.

En ese momento, Superneuras apareció en una sala en el interior del Big Ben, En una extraña sala que debe albergar la colección de espejos del Doctor Britannia (es muy rarito el tío). Centenares de espejos de las más diversas formas y tamaños se amontonan contra las paredes y colgados del techo, devolviendo la imagen de Superneuras reflejada en un millar de millares de formas caprichosas. Examinó los espejos con más
detenimiento y descubrió que varios eran portales teleportadores. Simplemente cruzándolos iria a parar a otro lugar (aunque cualquiera sabe dónde). Examinó los más prometedores y eligió uno oblongo, que de nuevo le transportó a otro lugar. Un auténtico laberinto donde orientarse era imposible. Además suena unos ruidos extraños a medida que avanza.


Superneuras da aproximadamente ochocientas mil vueltas y revueltas por este sin dios de pasillos desmadrados para llegar nuevamente a la conclusión de que se has vuelto a liar de pasillo. En cualquier caso, la salida no aparece. O no. A lo mejor está todo en su mente.
O ambas cosas.

Mientras tanto, El Capitán Contundente atraviesa los ríos de mierda buscando una conexión con el Big Ben, y con la pota a punto de echarla en cualquier momento. El Capitán intenta comunicarse con sus compañeros, pero en cuanto abre la boca echa las rabas.

-“Hazte super-héroe, decía mi madre, que verás mundo. Y aquí estoy, metido
hasta la cintura en aguas fecales mientras avanzo dando tumbos por unos
túneles repugnantes.”

Finalmente, el Capitán da con la red de alcantarillado del Big Ben, una red de túneles medio cavados, medio construidos donde las aguas fecales se acumulan, mezclándose
con la contaminación ambiental y actuando de forma inexplicable sobre los
cadáveres del cercano cementerio. Entonces oye unos lamentos lejanos, suena a alguien herido. A muchos heridos. Está bastante oscuro pero de alguna parte llega una luz inquietante. El Capitán sigue la luz.De repente, oye un grito de auxilio y se
apresura a encontrar su fuente: una jaula suspendida del techo en el que
una figura se acurruca asustada. La razón de su miedo es, probablemente, la
docena de zombies mutantes que levanta las manos hacia la jaula con
intenciones devoradoras. ¡No si El Capitán Contundente puede evitarlo!

El Capi corre hacia la horrorosa turba de muertos.Los doce horribles esqueletos sucios más allá de toda descripción y emitiendo un hedor insano le rodean.
Zombies mutantes. El Capi aparta tres zombis con la primera patada y salta sobre el grueso del grupo. Por desgracia, ve como les tres se reincorporan para rodearle. El Capitán salta a la jaula para ver cómo esta suspendida y quien hay dentro para descubrir que es ¡Gran Bob!, semi inconsciente.

-¡Bob, tío!¡Soy...!-empieza a decir.

Sin embargo, una garra podrida le coge del tobillo y le arrastra hasta el
suelo lleno de porquería. Cae de mala manera en medio de un mar de mugre,
dentelladas y carne podrida.

La jaula del techo cruje ominosamente mientras el Capitán, herido, arremete contra los zombis. Los malditos parecen no sentir dolor y aunque revienta mandíbulas y
aplasta entrepiernas con saña, parece que nada puede detenerles.
El hedor reinante empieza a afectar al capi y cada bocanada de aire que respira
parece que entra en un horno. Esa mierda que fuma acabará por matarle... si
no lo hacen primero los zombis.

Desesperado, levanta el escudo para lanzarlo contra la jaula, movimiento
que es aprovechado por uno de esos monstruos para saltarle a la garganta
y arrancarle un trozo de uniforme con un buen colgajo de carne pegado. Aulla de dolor y se lo quita de encima. Los zombis siguen rodeándolo. El Capi sangra, todo le duele. Aprieta los dientes.

-Hijos de puta…

Entretanto, El Hombre Inadvertido ha entrado por la puerta principal tan ricamente. Cruza el hall y llega hasta una gran sala, un hangar. Docenas de vehículos tierra-agua-aire están cuidadosamente ordenados en sus plazas de aparcamiento. El Doctor Britannia tiene aquí armamento suficiente para conquistar medio país si le apetece.
Sumido en estas sombrías meditaciones, EHI choca con un cybermayordomo
tirándole su bandeja con zumos de naranja.
Antes de que EHI pueda murmurar una disculpa, el cyborg saca una enorme
hoja de espada de la muñeca y le ataca. EHI esquiva su primer mandoble dejándose caer sobre sus rodillas.

-Pero bueno… ¿será maleducado?

El cyborg alza su espada para partirle por la mitad pero de pronto se
encuentra con una combinación puño-codo-20 tiritos de pistola de dardos de irosarqueno sobre su pecho. La placa pectoral de britanita del ciborg se parte ante el poderoso golpe y el armatoste cae al suelo.

El Hombre Inadvertido se levanta, escupe al mayordomo destrozado y camina hacia una nueva sala: Los Archivos.

EL LABERINTO TOTAL

Superneuras sigue dando vueltas hasta que empieza a sentir que pierde la cordura. Se está agobiando y volviendo loco (a bueno han ido a meter en una laberinto). Sin darse cuenta, sus manos brillan de una luz verdosa, sus ojos centellean de un verde enfermizo. La cabeza se le va… sus poderes se están descontrolando.

Al instante, el cortés y siempre amable SuperNeuras ha dejado de existir para dar paso a un morlaco babeante que, con los ojos como platos y dejando un reguero de espumarajos allá donde pesa, echa abajo cinco paredes, doce mecanismos de cambio de intersección (¡este lugar cambia a medida que te mueves por él!), tres cyber-tiranosaurios (mira los putas, escondidos en una esquina para joderte a la mínima) y una jaula para prisioneros donde está... ¡la Capitana Étika!

-¡Para, animal!-chilla rociándo de rayos étikos a Superneuras-¡Que me estás poniendo perdida!

El héroe loco recupera la compostura y la libera. Ella le da un casto ósculo en un carrillo y actos seguido se teleporta fuera del Big Ben sin que Superneuras sepa como.
Tras los restos de la jaula hay dos compuertas con una placa encima:

Oxford ó Cambridge

EL ATAQUE DE LOS VIVOS MURIENTES

La sangre cubre con su rojo manto el destrozado uniforme; El Capitán cae de rodillas
unos instantes. Mira que entre los zombis hay un hueco que me permitiría escapar a las cloacas. Siente la tentación de hacerlo. Algo venenoso corre por sus venas... lo nota. Un sabor a sangre inunda su boca, ardor de pecho y doce cadáveres andantes abren sus bocas podridas para devorar su carne. Arriba permanece Gran Bob. Si el capi huye Bob morirá... si cae aquí morirán ambos.
No huirá sentenciando a un amigo al Horror y la muerte. El Capitán se incorpora en un arrebato espartano y grita:

-Si este pozo inmundo de muerte ha de ser el escenario de la última batalla
del Hijo de Caseattle, SEA!! ¡¡ De acuerdo, sacos de mierda !! ¿Quereis filete de héroe?? VENID A POR EL!!

Los tres primeros zombis se deshacen ante su escudo. Otros cuatro los atraviesa de un puñetazo (porque le pillan flojo, que si no...). Los últimos cinco deciden que, aunque están muertos y no sienten miedo de ninguna manera, las ratas de cloaca son un plato mucho más nutritivo e inofensivo que alguien chutado hasta las cejas con el suero del
super-macarra.

El Capitán levanta su escudo y grita como un poseso a los dioses de la victoria...

-¡Tú, so carnuz!-le llama Gran Bob-¡Déjate de posturitas y sácame de aquí!

Procede a liberar a su amigo el cual te toca unos acordes reconfortantes y curativos (hace falta ser inglés para encerrar a Gran Bob con su mjolnirtarra) que hacen recuperar al Capi algo de salud. Le da la gracias y le indica la salida de las cloacas. Gran Bob se larga silbando una melodía.

LOS ARCHIVOS

El olor de este lugar es una mezcla entre una biblioteca vieja y una tienda de electrodomésticos. Enormes computadoras cubren las paredes iluminándolo todo con un montón de lucecitas de colores. Una terminal de ordenador encendida emite pitidos mientras en su pantanlla aparece en letras rojas “INTRODUCE ACCES CODE”.

EHI se pone ante la pantalla. Medita un rato. Finalmente escribe en la pantalla: Dr.Britannia. Al momento suena el God Save The Queen y empieza a sonar el "God save the queen". Ha entrado al sistema.

-Dr. Britania, maldito egocéntrico…

Pincha en el primer archivo que ve, que resulta ser un listado parcial de tropas que pululan por el Big-ben.

Cyberserkers en Arena,
Cyberfeaters en Pasillo,
Cyber-Tiranosaurios en Laberinto Total,
Zombies Mutantes en Sumidero,
Kraken Ciclopeo en Piscina Misteriosa

Hay otros dos archivos para reventar: Mapa del Big Ben y Prisioneros. Pero EHI ya no puede acceder a ellos. Tras cotillear una fotos guarras de lady Di, mira hacia una sala mucho mas prometedora… el Laboratorio.



CONTINUARÁ....

Sunday, May 13, 2007

EHI vs The Bat-Factor

En una incursión para descansar y disfrutar de eventos relacionados con el “frikismo” EHI partió hacia Condal City , al Este de Zaraghotam.

Conociendo a un grupo de buena gente que lo guió por el día y la noche de la ciudad llegando así a un local de bailoteo y fiesticholas donde había una cantidad considerable de diversión, alcohol y quizá lo más importante, damiselas.


La cerveza y el ron, fieles compañeros de la noche ya habían hecho su trabajo, así que EHI estaba en ese estado que conocemos como “contentillo”, visualizó varios objetivos y se decantó por uno.

“Ella, si, ella es la elegida”

Los primeros embistes fueron positivos, un cruce de miradas señaló que el camino era correcto, un último trago y ZAS!! A la carga, el rock and roll que sonaba era propicio para el “momento bailoteo” así que le cogió la mano y se dedico a mover las caderas y los pies, piruetas varias, idas vueltas, ahora tú cabeza por debajo de mi brazo ahora el paso de Dirty Dancing etc..


Siguió una charla agradable, y había posibilidades, o al menos eso perecía; pero con lo que no contaba EHI fue con el ataque sorpresivo de Bat-factor!!!, maldita, interrumpió el arrime de mala manera, cogió a su amiga y se la llevó, no sin antes mirar con los ojos llenos de furia a nuestro héroe, había mucha rabia, odio , está claro que Bat-Factor es así porque el mundo le obliga, OK, eres fea , asúmelo, pero no jodas a los demás, EHI solo pudo gritar….¡¡¡pero no te la lleves!!!

De las derrotas hay que aprender, la lección que sacó EHI fue la siguiente, “si tú objetivo cuenta con un Bat-factor, elimínalo, no le des la opción ni siquiera de respirar”

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