HÉROES DESCONOCIDOS...

La esperada continuación del choque entre el Doctor Britannia y el Hombre Inadvertido llega por fin. Dicha historia terminaba con un intrigante final abierto en el que la terrible explosión generada por la detonación de la bomba de cibernita del Doctor Britannia engullía a éste y al Hombre Inadvertido, que se sacrificaba para poder salvar las vidas de miles de inocentes.

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La historia arranca de una manera que nadie querría ver jamás: con el entierro del Hombre Inadvertido. Todos los superhéroes (e incluso algunos super-villanos como Falsa Esperanza y Bat-Factor) han venido a rendir homenaje al más discreto y a la vez valeroso de los vigilantes. Su lápida, por supuesto, está en blanco. Sin embargo, cuando el ataud está siendo introducido en la fosa, habla Ultrasinceridad:

-Un momento-dice rompiendo el silencio-¿Cómo sabemos que ese del atáud es el Hombre Inadvertido?

-Sacamos su cadáver de entre los escombros-responde el Capitán Contundente-Sé reconocer a un amigo.

-¿Y cómo sabes que es él realmente si no puedes ver al Hombre Inadvertido?

Movido por la duda, Superneuras arranca la tapa del ataud y... ¡está vacío!

Una semana más tarde, una ola de crímenes sin precedentes sacude la ciudad. Una horda de misteriosos asaltantes invisibles siembra el terror por todos los bancos y centros de alta tecnología. Todo indica que el Doctor Britannia está detrás de los robos aunque nadie se explica cómo sobrevivió a la explosión o cómo se las apañan los asaltantes para tener esa facilidad para pasar inadvertidos.

Superneuras, el Capitán Contundente, la Capitana Etika y Samurai son atraídos a una trampa por el Doctor Britannia, que quiere el triunfo definitivo. Los acorrala en su base secreta y les explica sus planes: lo de la bomba de cibernita fue un montaje y lo que murió en su lugar fue un doble clónico. Además, empleó el cuerpo de su archi-enemigo para clonar sus poderes y aplicárselos a una tribu de cyborgs highlanders escoceses creando su arma definitiva: los cyberserkers.

-¿Y dónde están, que los vea?-le desafía el Capitán Contundente.

-¿No los ves?-ríe el Doctor Britannia-Oh, cielos, olvidaba que sólo yo puedo.

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Empieza así una desigual lucha entre los cuatro héroes y docenas de adversarios armados con hachas y espadas que no pueden ver. La Capitana Étika es la primera en caer. Samurai, empleando sus técnicas de no-mente, cierra los ojos y se pone a repartir mandobles con notable éxito alrededor de la heroína. Superneuras y el Capitán Contundente, con los ojos enrojecidos por los días sin dormir y la tensión acumulada, se colocan espalda contra espalda y se disponen a vender caras sus vidas.

Las risotadas del Doctor Britannia coronan la derrota de cada héroe. Samurai, protegiendo a la Capitana Étika se ve ampliamente superado en número y termina por caer. El Capitán Contundente pierde su escudo y entre visiones de combates de su juventud y otros en los que combatía junto a sus compañeros de la Liga Maravilla ve su visión teñirse de rojo antes de caer. Sólo queda Superneuras que, echando espumarajos por la boca con el escudo del Capitán Contundente en una mano y la espada de Samurai en la otra, lucha por su vida en medio de una multitud invisible.

-Tu valor es encomiable, Superneuras-dice Britannia-pero no te salvará. Sólo es cuestión de tiempo que tus heridas te debiliten y mueras. ¿No lo crees así... Hombre Inadvertido?

Y se vuelve hacia su izquierda dónde el hombre del traje gris contempla la pelea con gesto serio.

-Ya me había dado cuenta de tu fuga del calabozo-dice Britannia-Me parece un tanto arrogante por tu parte pretender sorprenderme así sabiendo que tu poder de pasar inadvertido no me afecta en absoluto.

-Lo sé-contesta el superhéroe con una amplia sonrisa.

-Tus amigos están a punto de morir delante de ti. Yo me voy a adueñar muy pronto de Zaragoza. Tus patéticas habilidades nada pueden contra mí. ¿Por qué sonríes entonces?

-Porque sé algo que tú ignoras-contesta el Hombre Inadvertido enigmático.

-¿Y qué es ello?

-Que estás hablando con un holograma. Yo estoy detrás de ti.

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La expresión del Doctor Britannia se congela en un rictus de desconcierto. Onomatopeya de tortazo de campeonato y el villano cae inconsciente.

-Por cierto-dice el Hombre Inadvertido saliendo de entre las sombras con un cañón enorme entre las manos-he cogido de tu laboratorio tu prototipo de ametralladora lanza-dardos de sarcasmo. Espero que no te importe que la pruebe.

Y apunta a la horda de cyberserkers que sólo él puede ver...