El Arcangel Caído

Corren días extraños en Zaragotham. Una negra capa de nubes cubre la ciudad como un sudario haciendo la atmósfera agobiante y opresiva. No cae una sóla gota de lluvia pero grandes truenos y relámpagos señalan la llegada de una tormenta de proporciones bíblicas.

Tras cuarenta días de fenómenos eléctricos ininterrumpidos, por fin la lluvia se desploma con furia sobre la ciudad. Sin embargo, poco después de empezar a llover, una bola de fuego surge de entre las nubes y cae sobre Zaragotham, abriendo un enorme cráter. Quiere el destino que los primeros en llegar al lugar de los hechos sean los miembros de la Liga Maravilla que, para su sorpresa, encuentran a un extraño hombre alado en el fondo del cráter. Milagrosamente, no ha habido apenas daños. Parece herido e inconsciente y como la policía está al llegar y no se lleva bien con la Liga, se lo cargan al hombro y se escabullen hasta la Mansión Maravillosa.

Allí, gracias a sus cuidados, el extraño no tarda en sanar. Sus enormes alas con plumas no son un dispositivo: forman parte de él.

-Yo soy Assaliah Gabriel, Séptimo Arcángel del Octavo Círculo a la derecha del Señor-les informa con suave voz-Os saludo, hijos del hombre. Si el agradecimiento de uno que se ha alzado contra su Divina Gracia tiene algún valor para vosotros, sabed que tenéis el mío.

-Genial-murmura el Capitán Contundente-Que a un ateo como yo le tengan que pasar estas cosas...

Y les relata su historia: hasta hace muy poco, Assaliah Gabriel era el siervo más fiel del Único y Verdadero Dios (o así, añade cínicamente, le gusta que le llamen). Durante toda la eternidad, el único propósito de la existencia del Arcángel fue el de servir a su Creador con toda su devoción. Todo se torció cuando empezó a sospechar que su Amo y Señor no era más que un tirano que controlaba con mano de hierro a sus servidores. Hizo falta la muerte de varios de sus amigos para que Assaliah Gabriel se decidiera a rebelarse contra su Divina Gracia. Ningún otro ángel, arcángel, querubín ni dominación se unió a su rebelión y entonces supo que no habría marcha atrás y que estaría sólo.

Y durante muchos días y muchas noches Assaliah Gabriel se enfrentó en solitario a las fuerzas del Señor con la desesperación del que se sabe perdedor de antemano pero con la determinación del que sabe que su causa es la justa y que ninguna legión celestial podrá cambiar eso con la fuerza de las armas.

Hasta que llegó Seheiah Uzziel, podría decirse que el solitario Arcángel rebelde se las apañaba bastante bien en la desigual pelea. Seheiah Uzziel era el Ángel Exterminador, la Mano Izquierda del Señor, vencedor del Dragón, destructor de Sodoma y Gomorra, Azote de los Oscuros, Guardián de las Puertas del Cielo y portador de Jaspalaska la Espada de Fuego Purificador, la Obliteradora. Y allí terminó la pelea: Assaliah Gabriel cayó de los cielos durante mucho tiempo y fue a parar al lugar más olvidado por Dios: Zaragotham.

-... pero Seheiah Uzziel no descansará hasta matarme-concluye el Arcángel-Mientras esté aquí, estaréis en peligro de modo que será mejor que me marche.

SuperNeuras, el Capitán Contundente y el Hombre Inadvertido le ofrecen ropas más normales que su toga hecha jirones. Assaliah Gabriel se cubre con un viejo guardapolvo y un sombrero de ala ancha y se despide de ellos.

-Bienaventurados los que ayudan a los extraños-les dice-pues algunos, sin saberlo, han dado cobijo a ángeles.

-Tengo la impresión de que volveremos a ver a ese tío-dice SuperNeuras observando intrigado un bocadillo sobre la mesa que no recuerda haber visto antes.

-¿Qué opináis de su historia?-pregunta el Hombre Inadvertido examinando su brillante pistola de dardos nueva y con una mira telescópica que no consigue determinar cuándo ha puesto.

-¡Ese tío es un farsante!-exclama el Capitán Contundente-¡Es un maldito mutante con poderes extraños que está como una regadera!¡Y no deberíamos haberlo dejado ir porque estoy seguro de que no va a causar más que...!

-¿Qué le ha pasado a tu escudo?

-¡¡Y además es un vándalo que ha cambiado la estrella de mi escudo por una “G” dorada!!

Semanas más tarde, otra bola de fuego se abate sobre Zaragotham. Esta vez hay bastantes más víctimas y un cráter bastante más gordo. De entre las ruinas y el humo surge un gigantesco hombre alado de enormes músculos y ricitos dorados. Lleva una enorme espada que arde furiosamente.

-Yo soy Seheiah Uzziel-anuncia a donde quiera que va-Mano Izquierda del Señor, vencedor del Dragón, destructor de Sodoma y Gomorra, Azote de los Oscuros, Guardián de las Puertas del Cielo y portador de Jaspalaska la Espada de Fuego Purificador, la Obliteradora.

Por supuesto, como no da muchas más explicaciones, la policía intenta detenerlo con funestas consecuencias. El Ángel Exterminador ha venido en pos del Arcángel Rebelde y nada de este mundo ni del otro podrá disuadirle. La Liga Maravilla observa los acontecimientos aprensivamente (aunque el Capitán Contundente no ha logrado borrar la G de su escudo, ha conseguido pintar encima un esquema de colores muy similar al original) porque no han vuelto a recibir noticias de Assaliah Gabriel.

Durante varios días, Seheiah Uzziel siembra el terror por las calles de Zaragotham mientras busca a su presa con violencia. La policía y el ejército son, sencillamente, poca cosa para él y pocos héroes están dispuestos a vérselas con el gigante de piel dorada. Incluso el Ganador ha desaparecido.

SuperNeuras protagoniza un leve choque contra Seheiah Uzziel sobrevolando la ciudad:

-No es a ti a quien busco-le advierte el ángel-pero has de saber que cualquiera que se interponga entre mi objetivo y yo no es más que otro obstáculo que destruir.

El valeroso vigilante se enfrenta sin dudar al ángel pero tras un breve intercambio de golpes acaba incrustado en un edificio. Dándole por muerto, Seheiah Uzziel sigue su búsqueda.

Finalmente, para hacer salir a su adversario a la luz, el Ángel Exterminador incendia el Corte Inglés con las llamas de su espada, imposibles de apagar para nadie que no sea de naturaleza divina. Miles de personas están atrapadas en el edificio y morirán si nadie hacie nada.

El incendio no tarda en extenderse por las cercanías y pronto toda la ciudad es un caos. Los bomberos hacen lo que pueden y no basta.

La Liga Maravilla sufre tensiones internas: el Hombre Inadvertido y SuperNeuras opinan que hay que encontrar a Assaliah Gabriel para resolver el follón y salvar a la gente pero el Capitán Contundente está cansado de toda esta farsa y quiere ir directamente a por Uzziel. Tras una amarga discusión, el trío invencible se separa.

El Ángel Exterminador no pierde el tiempo. En la azotea del Corte Inglés ardiendo y bajo un cielo cubierto de amenazadoras nubes negras, Seheiah Uzziel se divierte empleando sus poderes milagrosos para que sus rehenes, arrepentidos por los pecados que han cometido durante sus vidas, salten al vacío.

Esto se interrumpe cuando una figura salta desde un helicóptero frente a Uzziel.

-Para ser un tío tan duro te buscas adversarios muy débiles-dice el Capitán Contundente amenazador-¡Prueba con uno de tu tamaño!

-Un hijo de los hombres que jugaron a ser dioses-sonríe el Ángel Exterminador-Vas a probar en tus carnes pecadoras lo que es el verdadero Poder de Dios.

-Yo no creo en ángeles ni dioses, basura.

Y alza su escudo para detener a Jaspalaska la Obliteradora, la poderosa espada de Uzziel. El impacto es brutal y hace temblar a ambos adversarios. La pintura del escudo se derrite y se revela la G dorada.

-El emblema de Asahiah Gabriel-dice Uzziel-Esto se pone interesante.

-¡Pero te va a doler!-ruge el Capitán Contundente echando atrás su poderoso puño.

El Hombre Inadvertido recorre la avenida principal de Zaragotham entre la multitud asustada. Su poder para pasar inadvertido nunca había sido tan útil. No encuentra ni rastro del arcángel caído pero nota que la gente empieza a reunirse en torno a una figura encapuchada que les exorta con los puños en alto.

El arengador lleva una cruz en el pecho. El Hombre Inadvertido traga saliva al reconocer a...

-¡El Párroco!-exclama el Hombre Inadvertido-¡No puedo ni imaginar qué efecto tendrán en su enloquecida mente todos estos acontecimientos!

Tiene la oportunidad de verlo en persona: el Párroco se dedica a lanzar un fervoroso discurso sobre la cada vez más nerviosa multitud. Les habla de la Fé y del Pecado. Les habla de la Salvación y la Condenación. Les habla de los pecadores que han desatado toda esta locura. Y les habla de Redención mediante el dolor.

El Hombre Inadvertido comprende que el Párroco está reuniendo a una fuerza fanática para llevar a cabo alguna de sus tropelías. Nervioso, cuenta más de cincuenta personas en torno al enloquecido orador. Con media Zaragotham en llamas, lo único que falta es una banda de zelotes babeantes sembrando el caos.

El discreto superhéroe se acerca sin dudarlo hacia el Párroco. Nadie repara en una sombra que cruza junto a él. Nadie sabe quién le ha empujado a un lado. Nadie detiene al Hombre Inadvertido.

Cuando está a una distancia razonable, saca su pistola. Desde el encuentro con el supuesto Arcángel, el arma ha mejorado notablemente. Ahora, sus dardos de sarcasmo son extremadamente venenosos. La ha probado incluso en animales y máquinas y todos se han vuelto de un sarnoso increible.

Sólo tiene una docena de dardos, por lo que no puede contar con reducir a la multitud, así que apunta directamente al centro del problema. Será interesante ver el efecto del sarcasmo sintético en un chalado de la talla del Párroco:

-¡...y os uniréis a mí en mi Sagrada Labor y juntos azotaremos y purgaremos cuanto...!-aquí se detiene un momento y se lleva una mano al hombro como si le hubieran pinchado-¡...y...!... y si morís todos, me la trae floja. Porque vuestra muerte, insípidos pringados, ayudará a mi causa, que es la más importante de las aquí...

La multitud se abalanza sobre el Párroco. Cincuenta contra uno.

-La justicia siempre vence-sonríe el Hombre Inadvertido.

-¿La Basilic of The Pilar?-SuperNeuras mira a su alrededor inquieto. Nunca le han gustado las iglesias-Menudo escondite para un arcángel caído que ha perdido la fé.

-Y la he perdido-sonríe Assaliah Gabriel-Pero pensé que este sería el último lugar donde me buscarían.

-Hay vidas en juego-explica SuperNeuras acercándose.

-Lo sé-contesta el arcángel. Y señala al Cristo Crucificado-Eso actúa para mí como una antena parabólica. Me he enterado de todo.

-Por cierto-añade SuperNeuras-¿El bocadillo que me diste tenía algún poder milagroso?¡No noté nada!

-¿Bocadillo?¡Oh, te refieres a uno que me encontré en esta chaqueta vieja que me disteis...!

-¡Cae, maldito pecador!-ruge el Ángel Exterminador golpeando al Capitán Contundente-¡He abatido a enemigos mucho mayores que tú con menos!

El Capitán Contundente detiene el impacto con el escudo pero sale despedido hacia atrás y choca contra una pared. Al resbalar hasta el suelo maldice en silencio.

Hasta hoy nunca se había enfrentado a nada parecido a Esheiah Uzziel. Más fuerte que The Gañán. Más tenaz que el Párroco. Más poderoso que el Capitán Contundente.

Si ha de ganar esta pelea, piensa, es hora de jugar mis cartas. Y ojalá robe una buena pronto.

¿Podrá el Capitán Contundente vencer en solitario a Esheiah Uzziel, el Ángel Exterminador?

¿Llegarán sus compañeros a tiempo de ayudarle?

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